LOS QUE AMONTONAN LAS NUBES
(PEQUEÑA TRAGEDIA GRIEGA PARA MARIDO Y MUJER)
I
En toda la obra no habrá más que una pareja en un solo escenario. En él, una especie de jergón, un par de ánforas, una rueca o telar y un hogarcillo con algún puchero.
Una mujer vestida a la usanza del período clásico griego declama:
(solemne)
MUJER
"Antes de la era cristiana, el mundo mediterráneo late como el cuello de un gorrino a punto de ser degollado. Las ciudades de la época se disputan la hegemonía. El mar se ve frenéticamente cruzado por naves que, de un confín al otro, surcan el agua para sembrar el terror en las costas de sus vecinos. Los pueblos entablan feroces guerras "por un palmo más de tierra" (canturreando) y los dioses parecen haberse vuelto locos”.
(Con tono cotidiano)
“¿los dioses? !Noo! !Los hombres!”
(Bajando de la palestra y de forma coloquial)
“Sí, sí, los hombres."
La mujer se sienta y se dispone a tejer. Entra un hombre de la época. Viene aparatosamente herido, andrajoso y cansado. Da asco.
(igualmente solemne)
HOMBRE
!Ay! Esposa mía, la que cuando quiere escucha. De nuevo los dioses que amontonan las nubes, nos han maldecido haciendo que nuestras naves se estrellaran contra las ricas costas beocias.
(impresionada)
MUJER
¿De veras, esposo mío, el que desde lejos manda? ¿De nada han servido tantos meses de ausencia de nuestros hombres, los del casco palpitante, en el mar?
(filosóficamente)
HOMBRE
Las fuerzas no eran iguales.
(con cierta sorna)
MUJER
No, por cierto. Vosotros érais 10 veces más.
(prefiere pasar deprisa sobre este asunto)
HOMBRE
Por eso. En fin, que éramos demasiados. Los víveres escasearon pronto.
(escandalizada)
MUJER
Si arramblásteis con todas nuestras cosechas de los últimos años...
(con pesadumbre)
HOMBRE
Nos las comimos enseguida. Tanto tiempo inactivos...
(dispuesta a seguir con la cantinela)
MUJER
Y todas las armas y todos los barcos y todos los caballos...
(impaciente ya)
HOMBRE
Todo en el fondo del mar. Los dioses que amontonan las nubes se aplicaron a fondo en contra nuestra. Créeme, mujer, luchamos como nunca....
(con guasa)
MUJER
...Y perdisteis como siempre. Si que es mala suerte. En fin, sería su voluntad.
(suspirando con resignación)
Lo importante es que esteis de vuelta.
(con aire trágico)
HOMBRE
Nunca podremos olvidarlo. Zeus, el que reparte hostias, puso alas en las naves enemigas enviando contra nosotros torpes céfiros que sembraban entre los valerosos remeros furia y desesperación.
(no se cree nada)
MUJER
ya..., bueno, venga, no lo pienses más. Mira lo que tengo yo.
La mujer se dirige con naturalidad a un cajón que hay en el suelo y saca a un crío de meses y empieza a darle el pecho. El hombre salta de su asiento.
(contando con los dedos)
HOMBRE
Esposa la que...
(resueltamente)
MUJER
No cuentes. No es tuyo.
El hombre empieza a dar alaridos, a tirarse de los pelos, a rasgarse las vestiduras.
(queriendo explicarse)
MUJER
Los dioses que amontonan las nubes quisieron burlarse de nosotras. Cuando todas las mujeres, que cuando queremos escuchamos, nos quedamos solas...
(pone un gesto de rencor)
y hambrientas...
(ahí carraspea él)
...fuimos tentadas. Ante nuestros incrédulos ojos aparecieron unos jóvenes hermosos y desnudos, con deseo de agradarnos.
(heróica)
!Sucumbimos! Sí, sucumbimos.
El hombre está más bien desconcertado, por lo que recurre a lo clásico:
(titubeando al principio)
HOMBRE
!Ah!... ah!, !clamo venganza! ¿De nada sirvieron el sagrado ejemplo de nuestras madres y tías? ¿De nada la pureza inmaculada de nuestras vestales?
(apesadumbrada)
MUJER
De nada. ¿Puedes creer que en esta hermosa y...
(pone énfasis)
"fértil" tierra, todas las mujeres de menos de 50 años hemos engendrado, al menos, un hijo?
(con sobresalto)
HOMBRE
!Caray! ¿Todas?
(la mujer hace un gesto con la mano como diciendo "prácticamente todas)
MUJER
pchi, pcha
El hombre, curiosamente, parece aliviado y algo divertido.
(en voz más baja)
HOMBRE
¿también la de...?
MUJER
Sí, hijo, sí. También.
El hombre pasea un momento regocijándose con la noticia.
HOMBRE
vaya, vaya..
Pero enseguida recupera su indignación.
(de nuevo severo)
HOMBRE
Pero, mujer que cuando quieres escuchas ¿te das cuenta, al menos, de la pésima situación en que nos habéis puesto?
La mujer asiente con resignación.
MUJER
sssiii...
(esperanzado)
HOMBRE
Supongo que presentásteis feroz resistencia, que...
(con tono de déjate de heroicidades)
MUJER
De verdad que no tenía sentido.
(casi suplicando que lo engañe)
HOMBRE
La fuerza de aquellos jóvenes sería desproporcionada, su belleza y su potencia, brutales...
(suspirando)
MUJER
Los dioses también se aplicaron a fondo a favor, eh.. digo, en contra nuestra.
El marido no puede más.
(a voces)
HOMBRE
!Debísteis morir antes de rendiros!
(intenta poner algo de sentido común en la discusión)
MUJER
Date cuenta, marido que desde lejos manda, de que nosotras, como vosotros, sólo cumplimos la voluntad del Olimpo.
Él menea la cabeza sin estar muy convencido del todo. Ella piensa argumentos deprisa.
MUJER
eh... Atenea la de formidables pantorrillas ponía en nuestras bocas palabras que no queríamos pronunciar. Al querer insultar a aquellos hombres sólo les decíamos elogios. Cuando los empujábamos, más fuerte los apretábamos contra nuestro vientre...!
(resumiendo)
MUJER
Fue horrible.
HOMBRE
Vale, vale...
(tanteando)
Esto... Vamos a tener que tomas represalias...
(como una fiera)
MUJER
¿Contra quién? ¿Contra todas? ¿Contra los dioses que amontonan las nubes?
(en franca retirada)
HOMBRE
Bueno, bueno, yo sólo digo que... voy a comentarlo con los demás al foro.
(aún iracunda)
MUJER
Pero no tardes que aquí se cena a una hora decente!
II
Vuelve el marido muy ufano, envalentonado, con un par de copitas. Se sienta, se ríe para sus adentros... La mujer lo mira interrogante. Le pone un plato y un vaso delante. El hombre come y bebe lanzando risitas tontas como para sí mismo.
La mujer, claramente molesta, se levanta decididamente y coge al niño:
(exagerando)
MUJER
¿dónde está el rey de la casa, !chiquitirríiin!?
Se vuelve al marido y se lo pone en las narices.
Cógelo un momentito...
El hombre, entonces se enfada.
HOMBRE
!Quita ahí! ¿no ves que no quiero verlo?
(resueltamente)
MUJER
muy bien, trae. Bueno, ¿me cuentas el chiste o qué?
(satisfechísimo)
HOMBRE
La Asamblea ha decidido enviar a todos los niños nacidos los últimos 6 meses en este país a la isla de Bastardia,
(enfático)
para siempre.
MUJER
!Ja!
(desconcertado)
HOMBRE
ja ¿Qué?
MUJER
No lo permitiremos. ¿Acaso no habéis pensado que Atenea la de formidables pantorrillas nos protege?
(como un crío)
HOMBRE
¿Y no nos protege a nosotros Zeus el que reparte hostias? ¿Es que queréis ponerle en un compromiso?
MUJER
Mira que si queréis guerra la vais a tener...
HOMBRE
Esto es el colmo.
(en plan sufrido)
Se pasa uno la vida matándose para sacaros adelante, para que tengáis una vida muelle y ¿cómo nos pagáis?
MUJER
¿Y quién os lo ha pedido? ¿Cuándo nos habéis preguntado si queríamos una guerra o no? ¿Es que no salimos nosotras también perjudicadas y matadas y violadas por los bárbaros y ni siquiera nos preguntáis?
(ahora está dolido)
HOMBRE
!Qué bonito! Está muy bien eso de quejarse cuando las cosas salen mal, pero ¿Y cuándo salen bien? ¿Es que acaso alguna vez habéis preguntado de dónde salían las joyas y los linos y los afeites que os traíamos como botín?
MUJER
!Alto ahí! Por ahí no paso. Las joyas, los afeites y los linos que nos ponemos son para vuestro disfrute y placer. Ninguna mujer los necesita para vivir.
(rencoroso)
HOMBRE
No, a las mujeres para vivir os basta con que algún imbécil os libre de las fieras y de los enemigos y se deje la piel cavando la tierra y cargue con vosotras y vuestros hijos retrasados mentales.
(condescendiente)
MUJER
No son retrasados. Los niños requieren cuidados y atenciones permanentes y...y no digas esas cosas delante de él.
HOMBRE
Bah, ningún animal tiene unas crías tan torpes y retrasadas y es porque ninguna otra hembra del mundo tiene que fingir que está "tan ocupada con la casa" que todo el trabajo se lo deja al macho. Mira a las leonas de curvados colmillos, por ejemplo, ellas cuidan a las crías y cazan y...
(desdeñosa)
MUJER
Me mondo, es que me mondo. Los leones de pestilente cabellera nunca llegarán a nada.
(Cambia el tono, haciéndolo persuasivo)
Nunca ejecutarán hermosas melodías que llenan nuestro corazón de gozo, ni declamarán encendidos discursos en el foro para deleite de nuestras inteligencias, !Nunca, esposo mío que desde lejos mandas, sus ojos se desbordarán de lágrimas al contemplar cómo el sol huye por el poniente dejando un rastro de fuego! y nunca...
(rencoroso)
HOMBRE
Y nunca coronarán sus dignas cabezas retorcidas peinetas de cuernos.
(exasperada)
MUJER
Pero bueno, ¿es que no va a entrarte en tu dura cabezota que sólo somos juguetes en manos de los traviesos dioses que amontonan nubes?
(taxativo)
HOMBRE
En este asunto, no.
MUJER
Muy bien.
HOMBRE
Muy bien ¿qué?
MUJER
Nada. Supongo que estás completamente decidido a seguir adelante con ese desatinado deseo de venganza ¿no?
(como no sabe dónde va a ir a parar, duda un poco)
HOMBRE
...Sí... ¿por...?
(fingiendo naturalidad)
MUJER
Por nada. Porque tengo sueño, estoy cansada y me duele la cabeza. !Y me seguirá doliendo durante mucho, pero que mucho, tiempo!
HOMBRE
!Qué bajeza! Sois capaces de todo ¿eh? Pues si crees que te voy a suplicar por la valiosa joya que encierras entre las juguetonas piernas, más te hubiera valido tenerlas bien apretadas durante mi...mi ...ausencia.
(con guasa)
MUJER
¿Prolongada ausencia? ¿prolija ausencia?
HOMBRE
!Narices ausencia!
MUJER
¿Y tú? ¿Puedes jurar delante de nuestro dios protector que te has mantenido casto toda la campaña?
MUJER
(Por el gesto que hace él, se da cuenta de que ha dado en el clavo)
¿No arribaron las ligeras naves a alguna dulce costa donde correteaban gráciles muchachas o imberbes efebos, que de todo hay? ¿eh?
HOMBRE
Un momento, un momento.
(Solemne)
Cuando se está mirando a la fiera muerte cara a cara, las cosas se juzgan con raseros distintos. Además, sólo pisamos tierra en una ocasión.
(Se pone a recordar)
Era de noche. Habíamos combatido durante todo el día contra los enemigos domadores de caballos, cuando un viento, nacido de las mismísimas entrañas de Poseidón, empezó a rizar las blancas olas sobre nuestras ligeras naves. En vano los valerosos remeros hundían las palas en el agua. Fuimos arrastrados a una playa desconocida donde, extenuados, nos dormimos.
Se queda callado.
(interesada pero sin querer que se le note)
MUJER
¿y?
(En vista de que el hombre no continúa y sin querer mostrar interés)
Puedes continuar tu relato, si eso te place.
HOMBRE
jeje! Despertamos, aún de noche, cuando un dulcísimo canto acarició nuestros oídos. Un canto que parecía proceder del mar...
La mujer sofoca una exclamación y disimula. Se interesa aún más.
HOMBRE
...asustados, retrocedimos hacia las rocas, pero el canto era tan seductor que nos dejamos guiar por él y nos condujo a unas grutas cercanas y... y ya no recuerdo más.
(pasmada)
MUJER
(Para sí misma)
No puedo creerlo. Eso mismo nos pasó a nosotras. Fue un canto el que nos sacó de casa aquella noche y nos precedió por la costa hasta la gruta...Ah, o sea que eran ellos. Tengo que pensarlo más despacio.
(Al marido)
Bueno, descansa ahora, esposo que desde lejos mandas. Yo he de ir al templo a ofrecer un sacrificio.
HOMBRE
Y vete haciendo a la idea, esposa que cuando quieres escuchas. Está todo decidido. Los niños, a Bastardía.
(aviesamente)
MUJER
Ya veremos.
III
El hombre se ha quedado solo. Se acerca al cajón donde duerme el niño. Lo mira con severidad. Luego le hace una gracia, luego, otra. Después un gorgito, un ruidito. Cuando se da cuenta de lo que hace, vuelve a su pretendida severidad.
HOMBRE
(para sí mismo)
Bien, creo que hemos dado con la solución que requiere este asunto.
(solemne)
Cuando del honor se trata es cuando los hombres mostramos la pasta de que estamos hechos. No nos importa ser tiernos cuando conviene. Pasar por débiles, incluso, para que ellas crean mandar alguna vez, sobre todo en pequeñeces, pero... cuando un hombre se muestra en toda su magnitud, ah qué fuerza de la naturaleza, qué espectáculo cósmico que pone a las mujeres en su sitio.
(supersatisfecho)
En fin, tras el castigo, será bueno mostrarse clementes con ellas. En realidad, para ser justos, no se les puede pedir una total responsabilidad porque...
(le cuesta cierto esfuerzo parir esa idea)
...claro, sólo podrían ser culpables si fueran responsables y si fueran responsables es que serían como nosotros... No, no, estoy llegando demasiado lejos. Estoy muy cansado. Debo dormir ahora.
HOMBRE
(bosteza)
ahhh
Se tiende y se dispone a dormir.. Entra la mujer asegurándose de que el hombre ronca. Comienza a soltarse las trenzas y peinarse mientras medita.
MUJER
!Ay de nosotras! Todas hemos llegado a la misma conclusión. !Qué miserable vida la de las mujeres que, creyendo volar solas por una vez, caemos en manos de nuestros maridos! !Qué mala suerte! Claro que... el hombre con el que yací no se parecía a mi esposo. Bueno, sería el esposo de alguna otra. Y el mío yació... quién sabe dónde. !Oh Atenea de formidables pantorrillas, deja que nosotras, las pobres mujeres que cuando queremos escuchamos, nos salgamos con la nuestra, por esta vez!.
Se tiende también a dormir.
IV
El hombre, en posición de declamar, está subido en algún lugar del escenario.
(declamando)
"Muchas veces el sol ha cruzado el cielo sobre nuestras cabezas empujado por la pálida luna. Muchas veces la aurora de rosados dedos ha tendido su manto sobre la tierra. Muchas aves han surcado los aires devorando mosquitos día tras día...
(con gran resentimiento)
!y ni una sola de nuestras mujeres que cuando quieren escuchan, se ha dejado tocar un pelo!
(Adopta un tono cotidiano mientras baja del estrado y se dispone a afilar algún arma)
Y eso que lo de exiliar a los bastardos se ha tenido que posponer a causa del mal tiempo...Claro que si se creen que se lo vamos a rogar..."
Ve que entra la mujer y se pone a canturrear.
HOMBRE
Lará, lará, la muralla caerá...
MUJER
Leré, leré, ya delira otra vez... ah ¿estabas aquí? no te había visto.
(muy ufano y divertido)
HOMBRE
Mujer, tráeme vino.
(vengativa)
MUJER
Claro que sí, marido. Sujétame un momentito al niño.
Se lo pone encima. Él se enfada.
HOMBRE
He dicho que no quiero verlo, tómalo
(se lo devuelve y cambia de tono)
Y dime... cuando aquel día...quiero decir... cuando vosotras y aquéllos... ejem, quiero decir, los demás hombres y yo... el otro día, en el ágora...nos preguntábamos si...
(cree que va a empezar con los reproches)
MUJER
Ya te he dicho mil veces, esposo mío que desde lejos mandas, que fueron los dioses que amontonan nubes y más concretamente Atenea la de formi...
HOMBRE
Ya, ya, pero yo digo si vosotras...si tú... en fin, porque yo... vamos no es que yo lo diga, pero tú misma muchas veces has reconocido... que...
MUJER
(Comprendiendo)
Que si el otro...
HOMBRE
Sí. Vamos que me da igual, pero... en fin, por charlar, que me podías contar cómo...
MUJER
Y ¿no te vas a enfadar?
(fingiendo despreocupación)
HOMBRE
No ¿por qué?
MUJER
Bueno, te ahorraré detalles.
HOMBRE
!Que no, por Zeus, que no me enfado! Cuéntamelos...
Ella le echa una mirada venenosa.
MUJER
ya!
(adoptando un tono modoso)
Cuando el joven cubría con sus manos mis senos semejantes a dulces de membrillo...
La mujer se detiene al ver la cara de su marido, que es un poema. El la anima a seguir, soltando una risita tonta y tragando saliva como el que se traga un remo.
(inmisericorde)
MUJER
... y recogía con sus labios el suave néctar de mi sexo, semejante al fruto de la higuera...
El hombre, con expresión agónica levanta una mano para que calle. La mujer, entonces, deja el tono de timidez
MUJER
!Me habló de un lugar hermoso... donde los hombres no mandaban desde lejos ni desde cerca, ni las mujeres escuchaban cuando no querían, sino que ambos eran iguales. Y juntos y gozosos, veían crecer a los robustos hijos!
(atónito)
HOMBRE
Pero ¿qué estás diciendo, mujer insensata?
MUJER
!Escúchame bien, esposo de cráneo de alcornoque! Se acabó la esclavitud de las mujeres hace mucho, !pero que mucho tiempo!. Una mujer ya no tiene que obedecer al marido en la que se considera la primera democracia del mundo...!
(sarcástico)
HOMBRE
¿Y cuándo ha ocurrido eso, si puede saberse, que yo no me he enterado?
MUJER
...ni tiene que ocuparse sola de las tareas del hogar...
HOMBRE
!Cállate ya!
MUJER
Ni...
HOMBRE
!Que te calles he dicho!
La mujer empieza a llorar.
HOMBRE
Y no me llores que te va a dar igual. Mañana, en cuanto los atrevidos céfiros empujen las blancas velas, las ligeras naves zarparán repletas de apestosos niños. Con que ahora, !a dormir!.
Los dos se tienden. Se hace la oscuridad. Cuando empieza a amanecer la mujer ha desaparecido.
HOMBRE
(aún somnoliento)
umm.. mujer, eh, mujer.. ¿dónde se ha metido)
(El hombre observa una tablilla de barro con un texto escrito)
uy! aquí hay algo escrito...
(Lee)
"Esposo que desde lejos mandas. Cuando leas esta tablilla mi cuerpo yacerá estrellado sobre las picudas rocas, pues todas las mujeres que cuando queremos escuchamos hemos decidido darnos muerte arrojándonos desde el acantilado. Nos llevamos también a nuestros hijos que también lo son vuestros, pues, por capricho de los dioses que enredan cuanto pueden, fue a vosotros a quienes recibimos aquella noche... Sin embargo, no queremos vivir con la indignidad de saber que nuestros hombres...
(trágico)
HOMBRE
Ah, qué dolor tan vivo. Ah, ¿por qué, cruel luna, te has retirado y al hacerlo has permitido que mis ojos amanezcan viudos? Vuelve y cierra mis párpados y no me dejes despertar. Ah, me mataré!voy a por... algo, algo que me mate!
Se oyen voces femeninas.
HOMBRE
!mujer!
MUJER
!marido!
(riendo tontamente)
HOMBRE
Menudo susto me has dado. De verdad que casi me muero...
(mimosa)
MUJER
Pero ¿a que ahora te alegras?
HOMBRE
Claro, tonta, si siempre te he querido.
MUJER
Y yo a ti.
HOMBRE
Pero prométeme una cosa. No me lo vuelvas a hacer.
MUJER
No, pero tú no seas tan mandón.
HOMBRE
Ni tú tan coqueta.
MUJER
Ni tú tan celoso.
HOMBRE
Ni tú tan gallina.
MUJER
Ni tú pases de la casa
HOMBRE
Ni tú del trabajo.
MUJER
Ni tú me grites.
HOMBRE
Ni tú me llores.
MUJER
Ni tú me mientas.
HOMBRE
y...¿crees que lo podremos conseguir?
MUJER
Claro que sí. De todas formas...
LOS DOS
...Estamos en manos de los dioses...
FIN