lunes, 8 de junio de 2015

como animales, creemos en podemos

carta abierta de la directiva de Animales de Industria Alimentaria (desde ahora "aia") a PODEMOS:

en primer lugar, en nombre de todos mis representados, quiero felicitar públicamente a la formación podemos, por los magníficos resultados obtenidos en las elecciones del pasado mes de mayo.

una vez que mis representados y esta directiva conocimos dichos resultados, una gran esperanza nació en nuestros corazones, pues sabemos que una formación política tan nueva, tan culta y tan potente, no va a olvidarse de nosotros los animales y de nuestra desgraciada situación.

es cierto que en nuestras filas también se cuentan numerosos elementos que desconfían de los humanos, sean estos quienes sean y abracen la doctrina que abracen, un poco, si se nos permite, como el sentimiento que los pueblos humanos nativos americanos, bueno y africanos, eh... y asiáticos... bueno, que muchos pueblos más bien morenitos, sentían con respecto a la elección del rey de inglaterra, por ejemplo, que les daba lo mismo porque su situación no iba a cambiar un ápice.

sin embargo, frente a estos derrotistas de nuestro colectivo, la mayor parte de nosotros albergamos muy moradas esperanzas con respecto a un auténtico cambio de mentalidad en todos los sentidos.

sabemos que la justicia no conoce límites en la ideología podemósica, que estos activistas valientes y vanguardistas no ignoran que los animales nos hemos convertido en un producto más de las despiadadas multinacionales.

no es totalmente desconocida para los humanos la actividad industrial que da con nuestros huesos, nuestros hijos, nuestras vidas enteras en un lugar llamado pesadilla.

es bien sabido que las hembras de nuestra especie mamífera, por ejemplo, son sometidas bárbaramente a inducciones de celo provocado, de tal manera que deben estar preñadas contínuamente para el lucro del propietario de la industria.

que una vez han parido, se les arrebata sin miramiento alguno a su amada cría sin permitirlas alimentarla, y mientras oyen cómo sus pequeñines son maltratados, aislados y vendidos o sacrificados, ellas deben soportar un nuevo celo inducido que las vuelve a dejar preñadas. y así, hasta su muerte por agotamiento.

sabemos que hasta el momento no ha habido una mínima simpatía por parte de los humanos hacia nuestras reivindicaciones. más bien al contrario, la práctica habitual hasta ahora ha sido la celebración de hecatombes de animales por cualquier festejo. que cualquier excusa sirve para la ejecución de un sinnúmero de ejemplares de nuestros afiliados. es más, que nos hemos convertido en el motivo de reuniones cuyo único objetivo es el de servirnos en abundancia, eso sí atiborrados de antibióticos, hormonas y todo tipo de aberraciones químicas, que a los mismos humanos provocan enfermedades.

esto es el pasado. han brotado mujeres y hombres nuevos que todo lo miran con mirada nueva, que quieren inventar un mundo justo, igualitario, en el que quepamos todos y todas, en el que se comparta la tierra y el derecho de existencia que ella provoca.

en mi última intervención ante la asamblea de aia, sentí una enorme felicidad al compartir con ella el sentimiento de que todo este trato degradante estaba en vías de solucionarse. al asegurarles que podemos jamás volverá la cabeza ante el desastre alimentario que supone el trato vejatorio y antihigiénico de tal cantidad de animales, cuya única razón es la de la codicia más insaciable de algunos empresarios de la alimentación.

"no", grité, "jamás podemos dejará en la estacada a tantos millones de seres humanos malalimentados y obesos, ni a tantos millones de animales sacrificados inútilmente, a los que sin duda asiste el sagrado derecho natural".

no dejéis que los humanos venideros se avergüencen de vosotros por vuestra insensibilidad ante el dolor animal. puesto que nacemos, nos asiste el derecho de vivir. 
antes de que alguien considerara que el hombre debía reinar sobre toda la tierra, nosotros la poblábamos. 

en nombre de la dignidad, que no conoce de especies, gracias.

¡guau!