viernes, 14 de febrero de 2014

amor de mis amores

juró que la necesitaba.
que nunca dejaría de quererla. 
siendo amado por ella podía quererse más a sí mismo.
no se consideraba digno de amor si ella no lo amaba, si alguien no lo amaba.

lo amó y él ganó esa confianza.
lo amó sin necesidad hasta que lo necesitó.

ella y él rivalizaron en amarse,
pero él no toleró la verdad de un amor por necesidad.
dejó de amarla para darle una lección,
para dársela a sí mismo.

él consiguió su unidad y ella su división.
él buscó la unidad para volver a ser uno.
ella dividió su corazón para intentar tenerlo entero.

cuando les hicieron la autopsia,
el forense descubrió que en ambos cuerpos faltaba la unidad.
esa que siempre perseguían cuando hacían el amor.


castora martín 2014
(foto y texto)

martes, 4 de febrero de 2014

el individuo-rata

basta de estridencias, basta de imposturas y de darnos gato por liebre.

quizá los humanos actuales no seamos los exponentes más dignos de la especie humana pero merecemos un respeto. 

aunque parezca que no, aunque parezca que nos regodeamos en la estupidez y la envidia, lo cierto es que seguimos mereciendo respeto porque eso forma parte del contrato especial, de la especie, quiero decir. 

yo te respeto aunque no te lo merezcas y tú a mí, idem de lienzo.

y, además, de la misma manera en que uno se arregla si hay alguien que mire y si no, ni te quitas el pijama en todo el día, el hecho de que te respeten provoca en nosotros esa reacción tan infantil de ponernos a la altura de las circunstancias, o sea, de lo que se espera de nosotros. para bien y para mal.

así que, en aras de que el arte tire de nosotros hacia arriba, yo les estaría enormemente agradecida a escritores, cineastas y autodenominados artistas en general, si se esforzaran un pelín en hacer sus productos mínimamente cualificados y no se rindieran al menor barrunte de que la cosa está quedando pasable.

estamos inmersos de patas en la edad de la basura. comemos basura, la bebemos, la inhalamos, la leemos, la escribimos, la soñamos, la proyectamos... y en contados casos, la lamentamos.

el consumismo exige una renovación permanente de todo lo que nos rodea, tan rápida que no nos permite reflexionar sobre ello, y tan inexorable que nos impide encariñarnos con algo. así que, casi mejor que se trate de basura.

como el individuo-rata, vivimos de estímulos. pero son estímulos que no conducen a ninguna parte. 
esos estímulos sólo sirven para justificarse a sí mismos. 

lo que me recuerda la última peli de meryl streep, agosto, auténtico cine basura que vive de los gritos que se dan los actores entre sí, sin que ello sirva para el pensamiento, para sacar conclusiones o para aprender. 

caprichosamente, plantean cuestiones que no vienen al caso pero que son necesarias para que se desarrolle una violencia en la escena que, de otra forma, no se daría. 

la película no tiene ninguna exigencia frente a sí misma ni frente a la historia que supuestamente nos quiere relatar. es un pin pan pun de divas frente a frente, cuyo propósito secreto debiera ser el de retar al espectador a salir de la sala y dejarlas plantadas. 

la cultura actual sólo se refiere a sí misma, es principio y fin de su empeño, se autojustifica por su propia existencia. si no la tienes, no pasa absolutamente nada. si la tienes estás entretenido. 

como una rata en una noria. eso es todo.