lunes, 14 de marzo de 2022

el hombre desvinculado no es mas que un macho depredador y desgraciado

Empiezo al por mayor,
 
 Las 4 diferencias entre cerebro masculino y femenino
(diferencias entre los cerebros masculino y femenino) *
HAY QUE ABOLIR EL GÉNERO QUE EL PATRIARCADO DECIDIÓ PARA NOSOTRAS. NO EL NUESTRO ORIGINAL.

 Y ahora, al detalle.
 
El género, llamémosle natural, no nos oprime necesariamente, es decir nos oprime tanto como la biología, de la cual dimana.
El género y el sexo se han retroalimentado siempre, del uno deviene el otro y viceversa. ¿Recordáis que La función crea al órgano?, pues así, tal cual.

La naturaleza sí que "no juega a los dados"**. La naturaleza apoya aquellas características más apropiadas de cada organismo para una única función esencial, la reproductiva. Su objetivo es mantenernos vivos hasta que seamos capaces de reproducirnos y perpetuar así la especie.
Por lo tanto, sin pizca de atención a cualquier otra cuestión, favorece aquellas actividades y rasgos que facilitan la reproducción.

Así terminan por aparecer individuos complementarios, distintos por lo tanto, ya que se complementan.
No hay rangos en esa relación, ninguno de los dos es superior al otro, las jerarquías serían cuestiones humanas, no biológicas.

 Y se llega a la mujer y al hombre.

A la biología que se "especializó" en los cuidados y la maternidad, junto al organismo al completo que colabora en eso, la hemos llamado femenina.
 
Por esa razón las mujeres, o hembras humanas, producimos hormonas, reacciones químicas, físicas, eléctricas... que nos colocan física y psicológicamente en un estado propicio para esa maternidad, y eso es algo que no podemos controlar con la mera voluntad.
Podemos, eso sí, negarnos a ejecutar aquello que se produce en nuestro organismo, pero se produce de todas formas.
 
Toda una biología preparada para albergar un cuerpo nuevo y en parte extraño, por fuerza configura un organismo abierto a lo nuevo, tolerante con lo distinto, conciliador de lo diferente y desde luego amable y compasivo. Estoy mencionando características biológicas, es decir físicas y químicas, no estoy hablando de psicología.
 
La psicología, por cierto, también arranca de la biología, igual que cualquier otra característca que los seres humanos presentemos.

Cosa aparte es lo que los hombres, a partir de determinado momento de la historia (de ninguna forma antes del período histórico), hicieron con nosotras y consigo mismos, que fue someternos violentamente a su servicio y voluntad.
Por determinadas razones que aún se discuten, los varones se desvincularon de las mujeres. En un revés ideológico demencial, los hombres consideraron más apreciable su propia libertad como sexo, que el arraigo a la especie. Porque quede claro que el desarraigo de las mujeres supone la invitable soledad de ellos, ya que despreciadas las hembras como sus iguales, y descartados el resto de los varones por razones obvias de competitividad, queda el hombre solo.
 
Y el hombre solo no es más que un macho depredador y desgraciado.
muy peligroso, por lo tanto.

A las mujeres no nos sometieron jamás nuestros partos ni nuestra lactancia, ni nuestra disposición para el consenso y la colaboración, sino los hombres aprovechándose de su mayor tamaño, fuerza y ganas de utilizar la violencia, su testosterona y su concepto jerárquico de las relaciones.

Lejos de eso, durante cientos de miles de años, las características maternales de las mujeres fueron un elemento de respeto y prestigio dentro de la especie, ya que se veneraba de alguna manera esa capacidad en favor del grupo, las características que hicieron posible la supervivencia de la especie.

Es con el cambio de régimen y la llegada del que llamamos patriarcado cuando algunos hombres (más tarde se apuntarían todos los demás) relacionaron al sexo femenino, menos agresivo y belicoso que el suyo, con la sumisión.
 
Sin ínfulas de ningún tipo, se infiere de la naturaleza femenina el sentido de sí misma, al contener el futuro en sí propio, la inmanencia a prueba de narcisismos. No ocurre lo mismo con los varones. Ellos carecen de esa inmanencia y por eso se inventan la trascendencia, que no es más que las ínfulas, aquí sí, de cambio, de transformación de no se sabe qué ni para qué.
 
El extraño mamífero macho que es el ser humano se sacrificará a sí mismo, y con él a toda la especie,
porque considera demasiado poca cosa ser varón,
a pesar de sus pretendidas demostraciones de superioridad, y no parece que la abnegada responsabilidad social de las mujeres pueda evitarlo.
 
estamos a un semitono. 

*https://medicoplus.com/neurologia/diferencias-cerebro-masculino-femenino
** nos referimos a la frase de Einstein (1926) de que dios no juega a los dados con el  universo, queriendo decir que en la naturaleza no hay nada caprichoso.