el otro día pusieron en la tele un capítulo muy bueno de house. iba de que una chica tenía una disfunción de no recuerdo qué tipo cuya consecuencia era que no olvidaba nada.
en el desarrollo del capítulo, era necesaria la presencia de una hermana de la paciente con la que no se llevaba bien, pero la enferma hacía la reconciliación imposible porque no podía olvidar los agravios sufridos a manos de ella.
chase acusaba a la chica de que no podía olvidar y por lo tanto perdonar. naturalmente house estaba encantado porque por fin tenía ante sí a una persona que no se engañaba ella sola porque no podía engañarse, pues recordaba con nitidez y exactitud.
la retorcida mente de los guionistas hacía que a la paciente se le presentase la posibilidad de tomar una medicación y volverse como los demás, olvidando y, de ese modo, pudiendo perdonar. tras alguna duda, la toma.
yo lo entiendo pero...¿ no es mejor ser siempre sincero con uno mismo, cueste lo que cueste?
bueno, a lo mejor eso estaría bien si viviéramos diez o quince años como los perros pero viviendo tantísimos, que ahora no entierras a uno antes de los 90, tanto recuerdo fidedigno no dejaría espacio a las ilusiones. o, a lo mejor, tendríamos que sustituir las ilusiones por mejorar las realidades.