ese dilema.
las mujeres tenemos un dilema más.
quiero decir que tenemos muchísimos pero algunos están apareciendo con la anhelada igualdad.
el mundo ha sido demasiado tiempo masculinodominado para que haya quedado algún espacio público sin la impronta del macho humano.
todo, absolutamente todo se ha hecho a la imagen y semejanza del hombre.
pero los hombres y las mujeres no somos iguales.
somos casi opuestos a fuer de complementarios, de tal manera que las funciones quedaron repartidas por la imparcial biología para que la especie en su conjunto poseyera instrumentos de supervivencia y reproducción pero nunca la biología pensó en jerarquizarlos.
ser mujer no es mejor ni peor que ser hombre, es ser diferente.
ahora que las mujeres hemos conseguido pintar algo en el mundo, nos las tenemos que arreglar con un mundo absolutamente masculinizado.
voy a contar una anécdota que será con toda seguridad más elocuente que yo.
discuto con un médico de la consulta contigua a la mía sobre las mujeres en el fútbol.
él se declara fan incondicional de las mujeres, cree en nosotras y en nuestra valía, le apasiona (sic) la gimnasia rítmica, pero en el fútbol no damos la talla.
-oye, te lo digo como lo siento, no...no hacéis un juego bonito.
yo creo que los hombres diseñaron los deportes a su mayor gloria, es decir, de la forma en que quedaran más patentes las características viriles que todos poseen en mayor o menor medida, y los vencedores tienen, por lógica, que ser los que las posean en mayor grado o las sepan utilizar mejor.
es un juego hecho a medida de los hombres, ¿qué hacemos las mujeres, qué hacen las chicas intentando emularlos? pues dar una imagen pálida de lo que consiguen los tíos.
un ejemplo para tontos. el día que compitamos, como hacen ellos, en ver quién mea más lejos. pues lo tenemos mal para ganar, la verdad.
la igualdad no nos va a dar la igualdad.
la igualdad nos la dará la diferencia.
claro que muchas actividades, juegos o deportes se podrán compartir pero no es necesario que eso pase.
lo que yo quiero que pase es que se me deje desarrollar tanto como mis posibilidades personales lo permitan, que no se me discrimine, que se me dé la importancia que tengo en tanto que ser humano, que encuentre ejemplos y retos en aquello de lo que mi biología, mi fisiología y mi anatomía me hayan pertrechado.
quiero ser lo que soy.
necesito libertad real para llegar a 100 o a 1000, no quiero las marcas alcanzadas por otros jugadores porque no quiero competir en condiciones desiguales.
en una competición finalista, de las de alcanzar pronto el final, ganaría seguramente un hombre. en una de las de adquirir riqueza durante el trayecto ganaría una mujer.
y no pasa nada. únicamente, no quiero que me obliguen a jugar al fútbol.
todo esfuerzo inútil conduce a la melancolía.*
donde mejor canta un pájaro es en la rama de su árbol genealógico.**
* de ortega
**de jodorowsky