y la señora condesa tomó su bolso, miró al soslayo, fuése y no hubo nada.
yo, de mayor, también quiero ser noble, título quiero decir, por noble me tengo, pero no es eso, no.
lo que yo quiero es el señorío de decirle al mundo entero que me lo pongo por montera, que paso total del pueblo soberano a quienes prometí y prometí hasta meter y después de haber metido, olvidé lo prometido.
que me río de janeiro de la cara de memos que se les está poniendo al verme elevarme por encimísima de sus miserias y surcar aguas más puras.
que ahí se las den todas, que el que nace burro, del costado le salen albardas, que si por un momento creyeron que me metía en política para quitarme privilegios, deben de ser idiotas y bien empleado tienen lo que les venga.
que lo hago por ellos, porque es mejor quitarles la venda de los ojos a seguir engañándolos, por divertido y lucrativo que me haya resultado.
que la gente como yo se mete en política cuando quiere y se marcha cuando le da la gana. y ganando, que me meto al pueblo de madrid en un puño y ellos, criaturas incultas y perras, se me dejan apretar que hasta lástima me dan.
que yo no me paso un mal rato por ninguno porque no tengo necesidad, y si alguien contaba conmigo, que se lo trate, que van viniendo mal dadas y ya no tiene gracia sacar la cara para que me la partan. eso, el que lo necesite para comer, que yo tengo la piel muy fina y lo noto todo y como divinamente.
en fin, que no se me ha resistido casi nadie. bueno, los rojos resentidos de siempre, pero no tienen ni voz ni voto, y además ni falta me hace defenderme de ellos porque ya tengo desgraciados que lo hacen por mí, en la calle y en las ondas, que tengo a ese ogro de losantos comiendo de mi mano a pesar de que testifiqué contra él y todo, pero a ese hombre hay que reconocerle que sabe distinguir el señorío, y ante mí, se pliega.
y no digo más porque me estoy dejando llevar y es bien tonto buscarme tantos enemigos, yo, que ni soy condesa ni nada. y es desgracia.