mis amigas, las serpientes
lo cierto es que a mí siempre me han parecido hermosas y su tacto agradable, y en esto no estoy sola.
se da la casualidad de que durante toda la antigüedad más antigua (epipaleolítico y neolítico), la serpiente era considerada como el símbolo de la fuerza vital, de la renovación anual de la naturaleza y de la sabiduría. y era amiga de la mujer a la que, siempre simbólica-
mente, acompañaba e inspiraba.
freudianamente diríamos que la serpiente representaba la libido femenina y su fuerza creadora.
en mesopotamia, en la india, en mesoamérica,
en china y en egipto, es decir, en toda civilización de que tenemos
noticia, esa simbología existió hasta épocas ya históricas.
lo sabemos por la gran cantidad de expresiones artísticas con estas representaciones de diosas o simplemente mujeres, adornadas o acompañadas de serpientes que se han encontrado.
claro que todo esto cambió al paso arrollador de los pueblos indoeuropeos, quienes,
en su proceso de anulación del sexo femenino,
apuntaron con contumacia hacia esa fuerza
creadora y, consiguieron la enajenación completa de las mujeres, hasta el punto de volver absolutamente del revés esa antigua asociación.
incluso el antiguo testamento, cuando se ocupa del edén y de adán y eva, dice, curiosamente sin tapujos, que la serpiente era la mejor amiga de la mujer, y la animó a comer del fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal. es decir, del conocimiento. o sea, la rival de dios era la mujer, ella la que se atrevió a pretender adquirir autonomía e independencia del dios mandón. lo que haría prometeo en el ámbito griego y que tanto ha sido alabado, le costó a la mujer su esclavitud y represión durante milenios.
el apocalipsis no se corta:
“Un Ángel tomó al dragón,
la serpiente antigua que es el diablo y la encadenó por mil años.
Vencido el plazo, Satanás será soltado y saldrá a extraviar
a las naciones.”
es decir, hay esperanza