mienten, mienten como bellacos.
qué pereza da seguir la actualidad política española, las otras no las conozco, pero la nuestra no parece actualidad sino el mismo trágala de siempre.
la derecha se enroca, al margen de la verdad y de las evidencias, en una postura que, trate de lo que trate, pasa por una humillación del vencido, es su talante. no sólo te apalean, en sentido figurado y real, sino que te impiden manifestarlo.
en el país vasco exigen que los abertxales pidan perdón, que pidan perdón sin haber recibido a su vez explicaciones o disculpas, o perdón, ¡qué demonios! sobre lo que ha sido la actuación del estado allí. llámese intxaurrondo o palizas policiales o lo que sea.
se te pone cara de imbécil cuando les oyes el relato de lo que ha sido tener que vivir con escolta, o del sufrimiento de sus niños por respirar tal ambiente enrarecido. ¡como si los demás no tuviéramos niños, ni hambre, ni miedo, ni nada! lo que no teníamos era escolta.
en españa se decidió hacer tabula rasa con respecto a los crímenes y responsabilidades de unos, pero no de otros. y es que los crímenes no son sólo los de pistola o bomba sino también los que provocan la injusticia, la introducción de droga para desactivar a los jóvenes, la represión de los trabajadores, la deficiente sanidad... en una palabra, la miseria moral y física.
y no deja de tener descaro que los que se enrocan en esta postura de exigencia de perdón, sean los mismos que se niegan a retirar estatuas de franco y sus generales quienes, éstos sí, mataron, torturaron y robaron sin que ni ellos ni sus sucesores ideológicos hayan mostrado el menor arrepentimiento.
seguimos escandalizándonos como novicias cada vez que nos encontramos con la noticia del asesinato de un personaje pero nos encogemos de hombros ante la muerte de una insoportable cantidad de personas, asesinadas por políticas criminales y mercados inmisericordes.
anda y que les den.
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