el sufrimiento inútil es todo aquel que no nos sirve para nada. claro, siempre se puede pensar que ningún sufrimiento sirve para algo pero no es cierto. de hecho, si existe, debe tener un sentido y éste bien puede ser el de aprender. sin embargo, no es esto lo que suele ocurrir. cuando sufrimos, nuestra única meta es intentar poner término al sufrimiento, sin caer en la cuenta de que algo lo ha provocado, y si no reflexionamos sobre ello, podemos vernos caer una vez y otra en lo mismo. cuando algo nos pincha las posaderas, lo único que se nos ocurre es echar a correr para sentarnos en otro lugar sin tener en cuenta que quizá llevemos el pincho pegado a nuestro propio culo.
entre un punto de estabilidad y otro punto de estabilidad, es decir, entre dos puntos de confort, hay un salto imprescindible al vacío, salto que, si no diéramos, nos dejaría anclados en el primer punto. y es ese salto vertiginoso sin red ni colchoneta el que nos hace avanzar. sí, también desnafrarnos a veces, pero entonces pasamos al primer párrafo. ¿no?
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