viernes, 17 de junio de 2022

revolucionarios o santos, sólo reflejos pálidos de las mujeres

Tiene que decirse, las revoluciones no triunfan porque las llevan a cabo varones, cuyos valores y características se oponen tercamente al ideario de las mismas. Incluso cuando las revoluciones aparentemente triunfan, es decir, cuando consiguen desplazar regímenes anteriores y sustituírlos, tienen un recorrido muy corto. Pronto, aparecen los revisionismos, las reacciones, la corrupción o los caudillismos.
 
Me gustaría empezar por el principio, no el principio primordial, me basta con el principio del fin, es decir, por el aciago día, por decirlo de alguna manera, en que los hombres rompieron el compromiso que habían acordado con las mujeres, es decir, con la especie, se desvincularon del contrato sexual y quisieron suplantarlas.
 
El patriarcado entero es un ejercicio de suplantación e intrusismo, tanto en lo que tiene de activo y agresor como en lo que tiene de reactivo, resistente y solidario. El patriarcado quiere llevar a cabo grandes tareas que saquen a los varones de su irrelevancia esencial sentida, y los lleve, como por arte de magia, a la trascendencia.
Y esa tarea es de las que consumen muchas energías. El homo sapiens padece dolorosamente la consciencia absoluta de su futilidad, o para ser más exactas, de su discreta participación en la creación de la especie.
A diferencia del resto de otros machos mamíferos, el varón no se conforma con ser el primero de entre ellos, además, necesita "ser" antes que la hembra, solo que la biología nada más le permite "estar" antes que ella, nunca ser.
 
El deseo de trascendencia del varón empezó por mentirnos a toda la sociedad, no importa en qué período histórico nos encontráramos, ya que, de todas formas, la historia entendida como la etapa desde el principio de la escritura, no es muy larga. El deseo trascendente inventó conceptos, prioridades y capacidades, y las impuso con poca elegancia o moralidad, pero de forma muy contundente.
Al hacerlo, nos metió a todos y todas en un verdadero callejón sin salida en el que llevamos inmersos algunos milenios.
 
Ese deseo de trascendencia pidió como primera medida la desaparición del testigo de su incompletitud, la inmanencia femenina. Había que hacer desaparecer a las mujeres y su molesta inmanencia para que sus trascendencias parecieran algo. Al no poder arrebatar a las mujeres la capacidad de reproducir la vida, optaron por esconderlas, hacerlas desaparecer, oscurecerlas, arrebatarles sus capacidades apartándolas de los estudios, de las reuniones, de las posesiones, de los espacios públicos.. los varones, como sexo, se vieron dueños de todo.
 
Así, las cualidades de colaboración, de ayuda y de igualdad que caracteriza a las mujeres como prolongación de la biología femenina, fueron sustituidas por las de competitividad, polarización y jerarquía que prolongan la masculina, y convertidas en los valores del nuevo régimen. Es decir, a los valores hembra se impusieron los valores macho, pero no había ninguna posibilidad de erradicar los primeros, no sólo porque los nuevos se construyeron sobre los viejos, sino porque todo hombre nace de mujer.
La madre es el primer y gran amor de la vida de todo humano, mujer o varón, y ese sentimiento queda tan indeleblemente inscrito en el cerebro emocional, que la fuerza que quiera oponérsele ha de ser formidable y constante, y eficaz sólamente mientras se está ejerciendo, ya que bastará que ceda en un sólo instante para que todo el sentimiento inscrito por la madre en cada persona tome su forma de nuevo.
 
La guerra declarada por el patriarcado a las mujeres no se parece a la guerra entre varones. Al hacernos daño a las mujeres se da otra vuelta de tuerca a la infelicidad de todos, también de ellos, incluso sin ser conscientes de ello.
 
Igual de inconscientes que cuando aquellos miembros poco afortunados del patriarcado, los pertenecientes a las categorías bajas, los más maltratados de ellos, pretenden el cambio, la revolución, todo el ideario que se les ocurre  es el que llevan inscritos en sus cerebros porque sus madres los plantaron allí, la justicia, la igualdad, la fraternidad, la solidaridad, la creatividad, los cuidados y el amor.
 
¿Qué parte del grito de la revolución francesa de "libertad, igualdad y fraternidad" es ajena al ser femenino, a la biología y culturas femeninas?
 
De la biología devienen características culturales que se nutren de ella y a la que a la vez alimentan. La mujer, la madre, se caracteriza por actuar y querer a todos sus hijos por igual, lo que viene a ser la justicia, la equidad tan anhelada por todo revolucionario que se precie.
Lo mismo la fraternidad, que es la igualdad que la madre impone entre hermanos;
y la libertad, la auténtica libertad, es la que enseña la madre a sus crías al dejarlas volar después de haberlas gestado, alimentado y enseñado. Las ideas revolucionarias, por tanto, son ideas puramente maternales, femeninas, pero sostenidas tercamente por varones que al mismo tiempo destierran a las mujeres de los encuentros sociales de decisión, boicoteándose a sí mismos sin saberlo.
 
Si la componente maternal es la inspiración de las revoluciones no lo es menos en cuanto a las religiones.
¿Qué ofrecen las religiones sino un pálido reflejo de todas aquellas características femeninas que las mujeres traemos de fábrica?
No por otra cosa somos las grandes enemigas de las religiones patriarcales, no por otra cosa han intentado toda barbaridad sobre nosotras.
Ninguna agresión ha sido nunca demasiada para ejercerla sobre las mujeres por parte de los sacerdotes. Ellos han imitado en todo a las mujeres predicando amor con voces melifluas, perdón, caridad, pacifismo.. hasta con faldas se han vestido en su afán de imitarnos. 
 
Después de las suplantacions espirituales y culturales de las mujeres, a manos de las religiones y las revoluciones, creaciones patriarcales ambas, nos llega la suplantación física y biológica del Ser femenino, la obra de ficción con espectaculares efectos especiales, la demolición definitiva de los humanos como especie, la última producción de Patriarcado Films, el Transhumanismo.
 
Por destruirnos, el patriarcado está dispuesto a destruir también a los varones.
Pero no lo saben.

viernes, 27 de mayo de 2022

javier cercas es muy malo..

 ..como escritor, quiero decir.

estoy a punto de hacer referencia  lo que decía pasolini del fondo y la forma, que son coincidentes, decía.

y sí, no se puede escribir o filmar o pintar algo revolucionario con un estilo conservador, ni al revés.

de Cercas yo diría, no se puede escribir tan mal si no se tiene mucho que ocultar.

esta cuarta novela suya que acabo de terminar confirma lo que en las anteriores quedaba más o menos disimulado: que es un escritor muy malo.

¿qué tapaba en parte esa verdad ahora revelada?

pues, contrariamente a lo que yo hubiera pensado, al abordar torticeramente los temas supuestamente delicados de las 3 anteriores, distrae a la lectora con efectos especiales que no le dejen posar reflexivamente los ojos en lo que está leyendo. Como diría mi madre, no te deja estar en lo que estás.

es un poco como esa gente tan fea, hombres o mujeres, que hábilmente añaden a sus rasgos claramente feos, aditivos esperpénticos, de tal forma que una piensa que la fealdad se debe a los últimos y no a los primeros.

reseteo.

lo primero que leí de cercas fue su soldados de salamina, novela cuya mala intención se descubre enseguida. no así su mala composición, como acabo de explicar. 

después piqué con Anatomía de un instante, a la que atribuí una necesidad puramente crematística, ni descubre nada, ni insinúa nada, ni denuncia nada... o sea, nada.

ahora bien, con su monarca de las sombras, el extremeño escritor resentido se quita lo gordo:

su familia fue de falangistas, su idolatrado tío lo fue con ganas, y cercas ya se ha cansado de pedir disculpas al respecto, sobre todo viviendo en cataluña, ese país que nunca lo va a acoger como propio porque nota en él un renuedo, una desconfianza paleta, un regaño soterrado y una soberbia acomplejada.

y por fin, nuestro heróico escritor nos ofrece una novela negra.

esto sí que es tirarse a la bartola, despojarse de complejos, hablar a calzón quitado. Él quiere ganar dinero, el largo camino de disimulo y sufrimientos conflictuales cristaliza en pasta larga.

me han dicho que esta novela, Terra alta, le ha proporcionado el premio planeta. Si es así, se ha salido con la suya, porque está dotado con un dineral, pero hay que decir con claridad que es una de las peores novelas que ha leído servidora.

es tópica, no adolece de contagio literario de ninguna manera, es narración roma, y burda hasta lo sonrojante, es basura libresca.

y me pongo así de borde porque alguien tiene que decirlo, y como no me lee nadie, tengo pocas o ninguna posibilidades de que me demande.

y queda dicho, Que mal escritor es el jodío.

lunes, 14 de marzo de 2022

el hombre desvinculado no es mas que un macho depredador y desgraciado

Empiezo al por mayor,
 
 Las 4 diferencias entre cerebro masculino y femenino
(diferencias entre los cerebros masculino y femenino) *
HAY QUE ABOLIR EL GÉNERO QUE EL PATRIARCADO DECIDIÓ PARA NOSOTRAS. NO EL NUESTRO ORIGINAL.

 Y ahora, al detalle.
 
El género, llamémosle natural, no nos oprime necesariamente, es decir nos oprime tanto como la biología, de la cual dimana.
El género y el sexo se han retroalimentado siempre, del uno deviene el otro y viceversa. ¿Recordáis que La función crea al órgano?, pues así, tal cual.

La naturaleza sí que "no juega a los dados"**. La naturaleza apoya aquellas características más apropiadas de cada organismo para una única función esencial, la reproductiva. Su objetivo es mantenernos vivos hasta que seamos capaces de reproducirnos y perpetuar así la especie.
Por lo tanto, sin pizca de atención a cualquier otra cuestión, favorece aquellas actividades y rasgos que facilitan la reproducción.

Así terminan por aparecer individuos complementarios, distintos por lo tanto, ya que se complementan.
No hay rangos en esa relación, ninguno de los dos es superior al otro, las jerarquías serían cuestiones humanas, no biológicas.

 Y se llega a la mujer y al hombre.

A la biología que se "especializó" en los cuidados y la maternidad, junto al organismo al completo que colabora en eso, la hemos llamado femenina.
 
Por esa razón las mujeres, o hembras humanas, producimos hormonas, reacciones químicas, físicas, eléctricas... que nos colocan física y psicológicamente en un estado propicio para esa maternidad, y eso es algo que no podemos controlar con la mera voluntad.
Podemos, eso sí, negarnos a ejecutar aquello que se produce en nuestro organismo, pero se produce de todas formas.
 
Toda una biología preparada para albergar un cuerpo nuevo y en parte extraño, por fuerza configura un organismo abierto a lo nuevo, tolerante con lo distinto, conciliador de lo diferente y desde luego amable y compasivo. Estoy mencionando características biológicas, es decir físicas y químicas, no estoy hablando de psicología.
 
La psicología, por cierto, también arranca de la biología, igual que cualquier otra característca que los seres humanos presentemos.

Cosa aparte es lo que los hombres, a partir de determinado momento de la historia (de ninguna forma antes del período histórico), hicieron con nosotras y consigo mismos, que fue someternos violentamente a su servicio y voluntad.
Por determinadas razones que aún se discuten, los varones se desvincularon de las mujeres. En un revés ideológico demencial, los hombres consideraron más apreciable su propia libertad como sexo, que el arraigo a la especie. Porque quede claro que el desarraigo de las mujeres supone la invitable soledad de ellos, ya que despreciadas las hembras como sus iguales, y descartados el resto de los varones por razones obvias de competitividad, queda el hombre solo.
 
Y el hombre solo no es más que un macho depredador y desgraciado.
muy peligroso, por lo tanto.

A las mujeres no nos sometieron jamás nuestros partos ni nuestra lactancia, ni nuestra disposición para el consenso y la colaboración, sino los hombres aprovechándose de su mayor tamaño, fuerza y ganas de utilizar la violencia, su testosterona y su concepto jerárquico de las relaciones.

Lejos de eso, durante cientos de miles de años, las características maternales de las mujeres fueron un elemento de respeto y prestigio dentro de la especie, ya que se veneraba de alguna manera esa capacidad en favor del grupo, las características que hicieron posible la supervivencia de la especie.

Es con el cambio de régimen y la llegada del que llamamos patriarcado cuando algunos hombres (más tarde se apuntarían todos los demás) relacionaron al sexo femenino, menos agresivo y belicoso que el suyo, con la sumisión.
 
Sin ínfulas de ningún tipo, se infiere de la naturaleza femenina el sentido de sí misma, al contener el futuro en sí propio, la inmanencia a prueba de narcisismos. No ocurre lo mismo con los varones. Ellos carecen de esa inmanencia y por eso se inventan la trascendencia, que no es más que las ínfulas, aquí sí, de cambio, de transformación de no se sabe qué ni para qué.
 
El extraño mamífero macho que es el ser humano se sacrificará a sí mismo, y con él a toda la especie,
porque considera demasiado poca cosa ser varón,
a pesar de sus pretendidas demostraciones de superioridad, y no parece que la abnegada responsabilidad social de las mujeres pueda evitarlo.
 
estamos a un semitono. 

*https://medicoplus.com/neurologia/diferencias-cerebro-masculino-femenino
** nos referimos a la frase de Einstein (1926) de que dios no juega a los dados con el  universo, queriendo decir que en la naturaleza no hay nada caprichoso.

sábado, 26 de febrero de 2022

tanto odio


 Mélanie Laurent, la actriz y directora que no cree en la rivalidad |  Cultura | EL PAÍS

hay una actriz francesa llamada melanie laurent que ya va por su quinta película dirigida.

hoy he visto, por inspirada insistencia de una amiga, la que se titula el baile de las locas, basada en una novela del mismo título de victoria mas, y protagonizada mágicamente por la directora misma y un plantel coral de mujeres a cuya cabeza figura lou de laage.

como no he leído la novela ignoro si la adaptación cinematográfica es libre o fiel, pero tiendo a creer que se trata de lo primero, algunos rasgos me hacen pensar así, pero no tiene importancia. lo que sí la tiene es que laurent ha filmado uno de los testimonios más conseguidos del nivel de enajenación, represión y crueldad que hemos sufrido las mujeres occidentales durante toda la historia, y que ocurre precisamente durante el siglo XIX.

(sufragistas reclamando el voto femenino)

 

yerra quien piensa que la violencia hacia las mujeres (por parte de los hombres, naturalmente), ha ido de más a menos, es decir que en el siglo XIX era menor que en el anterior y éste menor que en el XVI y así sucesivamente.

no. la violencia contra las mujeres ha sufrido vaivenes coyunturales, pero difícilmente un siglo ha sido menos benévolo hacia nosotras que el que empieza en 1800. este siglo nos aplasta con el mismo rigor de siempre  pero además nos paraliza. ni las obreras, ni las burguesas, ni las aristócratas son jurídicamente personas, ninguna tiene derechos. 

en la Inglaterra victoriana que dominaba el mundo, las hermanas bronté y como ellas todas las de su rango, estaban obligadas a trabajar disimuladamente o perecer de hambre. a las mujeres no nos ha estado permitido estudiar, trabajar, mantenernos a nosotras mismas, tener negocios o procurarnos de ninguna manera la manutención. la que no era agraciada o simplemente no deseaba casarse pasaba la vida entera en un limbo de cuidados a sobrinos, tías o padres, en lo que de hecho se convertía en una espera interminable hasta la compasiva muerte. 

con la llegada del renacimiento, qué ironía, la persecución y asesinato de las mujeres se institucionaliza, así, las quemas de las llamadas brujas, la pérdida de los escasos medios de vida que todavía conservaban como el de matronas, curanderas, consejeras o artesanas, todos ellos usurpados por los hombres, va arrumbando a las mujeres hasta sólo quedarles lo que cínicamente los varones han llamado el oficio más viejo del mundo, la prostitución.

en este contexto delirante, la directora nos situa ante una joven inquieta intelectual y psicológicamente, cuyo comportamiento vital es causa permanente de escándalo entre sus amistades y de enfado por parte de su padre. a causa de eso, es encerrada en una institución para enfermas mentales, la mayor parte de las cuales estaban allí, no por perturbaciones psiquiátricas, sino por no acomodarse a las costumbres sociales de la época. costumbres tan inhabilitantes, costumbres que exigían de las mujeres tal pasividad y obediencia a los varones de la familia, que terminaban por provocar el encierro de las desdichadas.

la crueldad que se les dedicaba en esos centros es inaudita, sugerente del peligro o furia que provocaba en los hombres una iniciativa femenina, de la indignación varonil ante una mujer insumisa, creativa, alegre o independiente.

(camille claudel 1864-1943)

 Camille Claudel: «La sociedad me castigó por ser mujer y querer ser libre»  – Lecturas Sumergidas

la maravillosa escultora camille claudel fue encerrada por su hermano, el poeta ¡católico! paul claudel, con menos de 50 años en un hospital para enfermos mentales donde permaneció hasta su muerte 3 décadas después. ¿la causa? esculpía, esculpía desde niña y tenía un espíritu libre que ofendía profundamente a la sociedad de su tiempo. si alguien tiene la curiosidad de conocer la obra de esta artista se llevará las manos a la cabeza ante el talento que muestra.

Recreación de uno de los experimentos a los que Charcot sometía a las mujer internas en La Salpétriére

algo parecido a lo que sufrió camille claudel es lo que plasma laurent en el baile de las locas, mostrándonos a la joven eugenie encerrada en el hospital La Salpetrière, donde el prestigiosísimo neurólogo, doctor jean martin Charcot, experimentaba con las mujeres a su antojo, provocándoles terribles enfermedades y trastornos, en la creencia de que en realidad el "fallo esencial" de todas las desgraciadas que eran arrastradas a su establecimiento, se debía más que nada a su oposición a representar el papel que la sociedad les había adjudicado. les imponía, por lo tanto, terribles castigos que minaran su rebeldía.

los matices a la crudeza del relato lineal lo ponen las mujeres que rodean a eugenie, ninguna de ellas loca, incluídas la enfermera jefe y la celadora del pabellón de aislamiento. con estas mujeres y las relaciones que se establecen entre ellas nos es posible seguir el hilo de la, pese a todo, supervivencia de tantas, sometidas a tanto sufrimiento.

a tanto odio.

sábado, 19 de febrero de 2022

en defensa de escarlata


En 1936, Margaret Mitchell escribió una novela extraordinaria. nos cuentan las crónicas de su tiempo que la autora simplemente intentó describir las cosas y a las personas tal y como sus familiares de edad le habían contado que pasaron, y que ella en realidad odiaba a su protagonista.

 Heroínas: Margaret Mitchell, se quedó a pesar del viento.

bueno, en la novela y en la película verdaderamente hay dos protagonistas, y no son la chica y el chico, sino la chica mala y la chica buena.

esta historia tiene de peculiar que la protagonista es la mala y la antagonista es la buena, algo que desde luego hace pensar, ya que suele ser al revés, aunque probablemente margaret no reflexionó sobre ello, ya que simplemente intentó describir las cosas y a las personas tal y como sus familiares de edad le habían contado que pasaron.

la historia describe a Escarlata, una mujer vital, decidida, que declara descaradamente lo que desea, que no duda en engañar o matar para lograrlo, que pelea como una loba, enfrentada durante toda ella a otra mujer, Melania, también colosal en su honor, lealtad, valentía y compasión.

las dos mujeres que la historia enfrenta, en realidad nunca son enemigas, más allá de eso permanecen unidas toda la vida y, de hecho, aman al mismo hombre. y el mismo hombre en realidad las ama a las dos, porque margaret mitchell no describe a dos mujeres, sino las dos caras de una misma mujer, las dos caras de todas las mujeres.

el patriarcado se ha empeñado en disociarlas para hacerse más cómodamente con ellas, algo que de otra manera no se siente capaz de lograr. así, ha convertido a todas las mujeres decentes en Melanias, y a todas las indecentes, a las fatales, en Escarlatas. y en hacerlas enemigas entre sí.

si nos entretenemos un poco en algunos de los capítulos más significativos de la historia nos encontramos con que los hechos no se corresponden exactamente con las etiquetas con que se los juzga.

la malvada Escarlata está enamorada de un hombre, un hombre que se somete a las convenciones que lo colocan junto a una mujer a la que no ama pero a la que respeta y quiere.

nuestra heroína no se resigna a ser rechazada y urde planes para desbaratar la boda, le declara abiertamente su amor y también abiertamente le dice lo que opina de la elegida. El bueno de Ashley no resulta convincente rechazándola, nunca a lo largo de la película consigue serlo. Como daño colateral del desencuentro queda India, la hermana de Ashley, que pierde su compromiso acordado con un imbécil presuntuoso cuando él le propone matrimonio a Escarlata y ella, despechada, acepta. En rigor, es él quien engaña a su prometida, no Escarlata.

hay por ahí un personaje que también va a querer a Escarlata durante toda la historia. este no es imbécil pero sí presuntuoso, aunque también inteligente y leal. Escarlata se valdrá del amor de Rhett por ella en varias ocasiones. las analizaremos.

Escarlata se ve inmersa en una guerra sobre la que por cierto ni ella ni ninguna otra mujer ha sido ni escuchada ni consultada, vaya esto de paso, una guerra a la que, como en todas, el papel de las mujeres se reduce a sufrir las consecuencias. Estamos tan acostumbradas a que nuestras experiencias sean las que dicta el patriarcado que no reflexionamos suficientemente sobre nuestras reacciones espontáneas ante ellas. Los hombres aman las guerras, aman pelearse entre ellos, las mujeres las odiamos.

bien, en esa guerra a la que ha sido invitada, nuestra egoísta se presta como enfermera, y renunciando a escapar del peligro huyendo de Atlanta, se queda y salva la vida de su supuesta rival y del hijo de ésta.

para escapar de los yanquis ya en la ciudad acude a Rhett, su malicioso enamorado, que la libra del desastre. en pago, rhett la reclama besos apasionados que ella le niega acaloradamente. Rhett, como experimentado depredador, se retira de momento.

a partir de este momento Escarlata se convierte en el mantenimiento de la familia y de su patrimonio. sin un padre en sus cabales, ni hermanas ni esclavos acostumbrados a tomar decisiones, y sólo con la ayuda menguada de una Melania que está ocupada sobre todo en conseguir que su hijo recién nacido sobreviva, Escarlata tiene que pelear en soledad.

Escarlata no duda ni un instante en meterle un tiro al yanqui desertor que aparece por Tara para robar lo que encuentre. ¿alguien puede censurarla por ello? afortunadamente el soldado no imagina ni un momento que encontrará a este tipo de mujer. Significativamente, aparece Melania arrastrando un sable que no puede ni sostener para hacer lo mismo. Las dos mujeres juntas desvalijan al muerto y entierran en secreto el cadáver.

cuando el final de la guerra trae a Tara a Ashley, los sentimientos de Escarlata hacia él no han variado y así se lo hace saber. ¿por qué debería haber callado, para observar las reglas sagradas que dicen que las mujeres deben ser decorosas y ocultar sus sentimientos reales a instancias de una sociedad que las coloca siempre en el banco del sacrificio? La ambigua postura de él no variará hasta el final. Pese a ello, Escarlata seguirá alimentándolo.

la ruina económica que los pone al borde de perderlo todo es el desencadenante de dos actitudes tremendas de la protagonista.

En primer lugar se ofrece abiertamente a Rhett como amante o como lo que él quiera, para no perder Tara. El simpático depredador rehúsa ya que se arriesga a perder su fortuna en la transacción. La desea, pero no tanto.

como segundo recurso se aprovecha de un ingenuo admirador de una de las hermanas O´Hara con quien está comprometido, y logra que se case con ella y pague esos impuestos que salvarán su propiedad.

a pesar del acto horrible que todo el mundo juzga que ha cometido, Escarlata salva a la familia de la ruina total y además Melania la apoya. Melania consuela a la hermana desairada pero apoya a Escarlata. La apoyará siempre y en toda circunstancia.

esto es algo que Rhett no entenderá nunca, de hecho ni la misma Escarlata lo entiende, pero Melania es mucho más racional y cerebral que los otros dos, y ve el bien cuando existe aunque aparezca socialmente vestido de mal.

Melania no juzga nunca a Escarlata, se fija únicamente en los actos que comete y las razones que tiene para cometerlos, aunque en ocasiones no sean más que las manifestaciones del carácter de la misma, porque Melania reconoce a Escarlata el derecho a ser como quiera ser, y a pelear por lo que quiere, como hacen los hombres, por ejemplo, y con sus propias armas. Melania no cae en la trampa misógina de la rivalidad, no considera al resto de las mujeres sus competidoras. es una mujer segura de sí misma, es una de los dos avatares femeninos, la dulce, la inteligente, la compasiva.

Las decisiones de nuestra protagonista tendrán como consecuencia su enriquecimiento, a costa de contratar a presos, y la muerte de su marido en una refriega provocada por el riesgo a que ella se expone en la gestión de sus negocios.

¿Estaba mal lo que hizo? ¿cuando habían sido los hombres quienes habían provocado una terrible guerra y la ruina de unos estados, el papel de las mujeres debía limitarse a mantener una reservada honorabilidad mientras sufrían las consecuencias pasivamente? Escarlata usa los recursos que la guerra le pone a mano y sobrevive.

Sobre la muerte de su apocado esposo, desde luego no fue ella la que disparó el arma, no se le puede imputar a ella ese crimen.

Rhett va sufriendo una transformación con respecto a Escarlata, empieza a admirarla, no puede juzgarla bien porque la moral del momento se lo impide, y aunque él es un inmoral completo, esa actitud no acaba de convencerle en una mujer, pero la entiende, la ve como a su igual. Rhett ya no quiere vencerla, poseerla, ahora la ama y quiere cuidarla y ayudarla.

que este idilio no acabe bien hay que imputárselo a la obstinación de Escarlata en su amor platónico por Ashley. en el último momento, cuando ya la razón se ha abierto paso en esa obstinación, le reprocha que no le hubiera dejado nunca claro el tipo de sentimiento que había albergado por ella, dejándola creer que la amaba de verdad.

Cuando muere Melania queda muy clara la unión de ambas mujeres, la calidad de esa relación, y la suerte de lealtad que siempre se han profesado.

la última escena nos muestra a un Rhett que se desvincula de ella, que la abandona. justo cuando ella está dispuesta a reconocerse en él. Pudo ser el juicio de la autora sobre su protagonista y el castigo que toda mujer disruptiva merecía según el inconsciente patriarcal.

queda claro que la heroína preferida por las mujeres desde hace 100 años es una mujer considerada mala, egosísta, manipuladora, hermosa y decidida.

será muy mala pero la amamos.

quizá precisamente por eso.

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