sábado, 30 de marzo de 2013

los deseos cumplidos

esto no va mejor, para qué nos vamos a engañar.

las semanas santas tienen de por sí muy mala hostia. no hace bueno nunca. esto es así y no merece la pena rechiflarse en la idea. otra cosa muy distinta es que decidamos no pensarlo y nos echemos en brazos del azar con la alegría del irresponsable.

no sé si será cosa mía, a estas alturas me siento tan a trasmano de los demás que a lo mejor no se lo ha parecido a nadie más pero he encontrado la semana insoportable, televisivamente hablando. ¿dónde está ben hur? 

- ya, como si lo estuviera oyendo, pues no haberla puesto.
- ya, digo yo, como si me estuviérais oyendo, y qué demonios haces ocho días en una cocina de pueblo de lo que parece ser la zona más lluviosa de asturias. y no estás en asturias.

pero lo peor es la decepción. mira, una cosa que sí se podía ver en la tele, por su calidad, es la serie de teresa de jesús. y pensando en ella, me acordé de la frase de la que seguramente es autora, aunque a la pobre le pasa lo mismo que a oscar wilde, que se lo atribuyen todo, esa de que se han vertido más lágrimas por los deseos obtenidos que por los que se nos han negado.

la frase tiene una sabiduría tan profunda, tan de andar entre los pucheros, que seguro que es de la santita. qué mona.

creo firmemente que solemos conseguir lo que deseamos de verdad. lo que ocurre es que cuando lo tenemos descubrimos entre admirados y furiosos que no nos hace feliz.

quizá sea una cuestión de dilación entre el deseo y su consecución o que una no sabe lo que le conviene pero tengo comprobado que si bien muchas cosas no somos capaces de conseguirlas, las que deseamos de verdad, sí, y que... basta, no me cambies de conversación.

lo de la tele de estos días está empezando a superar lo tolerable incluso para una sociedad estupidizada hasta extremos... extremados como la nuestra. la tostada de procesiones que nos han programado puede matar a un incauto en pocos días, y aquellos no tan incautos que se libren caerán de patas en los otros programas, los de zombies y vampiros.

¿pero que coño le pasa a todo el mundo últimamente, que se ponen como cabras con esas historietas de muertos vivientes? y conste que no les llamo eso a los espectadores sino a los protagonistas...

pues yo, como soy muy mala, estoy empezando a pensar que no es una cuestión espontánea ni sin relación, sino algo muy buscado y planificado por las fuerzas del mal, entendiéndose por éstas a las del poder humano y palpable, nada de otros mundos.

jesucristo era un muerto viviente, ¿o no? la religión cree en la vida después de la muerte, ¿o no? la gente bebe lo que llaman la sangre de cristo, ¿o no?
los zombies y los vampiros son muertos vivientes, creo. no se mueren nunca sino que salen por ahí de vez en cuando, me parece, beben sangre, estoy casi segura...

ah, qué divertido. 

pues no, de divertido nada. 
no tiene ninguna gracia que se impongan como formas de pensamiento, lo siento, el cine y la tele lo hacen, que se impongan, decía, lo irracional y lo supersticioso por encima de lo racional y lo científico. 
parecerá una tontería pero es muy grave que la gente tienda a creerse lo que no se ha visto ni se puede demostrar que exista porque por ese boquete te cuelan lo que les parezca. 

parecería normal que a estas alturas requiriésemos pruebas o razonamientos plausibles antes de aceptar cualquier postulado, y, sin embargo, el triunfo evidente de las religiones, por ejemplo, o del pp en las elecciones, otro ejemplo, nos demuestra que la gente mayoritariamente tiene tendencia a creer lo que sea si se lo adornan adecuadamente.

y todo esto me deja, simplemente, desolada.


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