viernes, 25 de mayo de 2012

los franceses, serán antiguos, aún creen en la lucha de clases!

las nieves del klimanjaro, última película de guediguian.


vaya por delante que a robert guediguian le agradezco siempre su intención de hacer cine sobre la clase trabajadora, lo mismo que a ken loach, pero ésta, tengo que decirlo, empezó mal. 

se trata de un matrimonio socialista cincuentón buenísimo que se adora, con hijos y nietos buenísimos y que se adoran, y unos amigos extraordinarios que los adoran... y yo dije: 

oh, no, ¿es que los pobres sólo tienen derecho a ser de izquierdas si son muy buenos y no engañan a su mujer o marido, ni beben ni hacen las cosas que hace todo el mundo? ¿sólo así se les puede tolerar?
sinceramente, creo que algo de esto estaba en la mente de guediguian cuando filmó la peli. quería mostrar una familia trabajadora y de izquierdas y tenía que ser perfecta. ¿por qué? 

no, señor, los de izquierdas podemos equivocarnos tanto como los de derechas o los mediopensionistas,  de la misma forma que las mujeres podemos estar en cualquier ámbito de la vida social sin tener que demostrar mayor calificación o mérito que los hombres. se me entiende, ¿no?

y, de pronto, plaf, pasa algo que da un giro a la historia y la hace interesantísima y yo vuelvo a darme cuenta de que me impaciento siempre un poquito antes de la cuenta, porque toda la complacencia de la primera parte se retuerce y te conduce por unos acontecimientos que te obligan a plantearte cosas y que te demuestran que nada está tan claro, ni los protas son tan impecables. y que se puede seguir aprendiendo toda la vida si uno tiene un mínimo de honradez intelectual.


me encantan los franceses porque se gustan, pero no a la desesperada como nos gustamos los españoles, sino de verdad. les gusta su música, y mira que es cursilona, les gusta su cine y a mí también, y les gusta tratar de los temas de actualidad y lo hacen muy bien. la verdad es que con la orogenia alpina y la elevación de los pirineos, los que salimos perdiendo fuimos nosotros, pero qué se le va a hacer.

en fin, que es una buena película, comprometida, muy bien interpretada por los de siempre, que plantea la diferencia de la lucha de los viejos y los jóvenes...

y, de todas formas, todos son muy buenos.