en españa teníamos una empresa que funcionaba bien, que daba dividendos y que era de todos, se llamaba repsol.
un buen día unos políticos la vendieron sin preguntarnos a los propietarios con cuyo dinero se había montado y desarrollado, si queríamos venderla. pues muy bien, ya está privatizada y nos cobra sus servicios a nosotros, sus legítimos propietarios.
esa empresa vuela por su cuenta y en uno de esos vuelos, pasa rasante sobre una argentina en dificultades y se compra ypf. durante unos añitos la inversión le sale redonda. sólo el año pasado obtiene once mil millones de euros de allí.
ahora, esa misma argentina, comandada desde el más allá por el difunto esposo de la presidenta actual y desde siempre por la ínclita evita, asiste pasmada a la última representación de doña cristina que con su acostumbrado estilo populista y pedante, decide darse un subidón nacionalizando su ex empresa, y tras largas negociaciones que no conocemos, lo hace. en medio de un discurso indecente y cursi, pero lo hace.
en fin, decimos los españoles para nuestro coleto y en plan filosófico, ellos sabrán, total, ya no es nuestra...
pero...¿qué ocurre? oigo tambores...
pues que nuestro gobierno, tan sensible él ante los ricos, sale por duplicado y triplicado a defender los intereses de esa empresa que ya no es pública, que ya no es de los españoles, que somos los que les pagamos para que nos defiendan a nosotros, repito, y monta un incidente entre países, con amenazas, fractura de amistad y no sé qué tópicos patrioteros más, y nos mete en un lío.
y la gente tragándose el anzuelo del honor nacional burlado y defendiendo a una empresa que nos cobra de lo lindo y no nos hace partícipes de sus beneficios. a sus accionistas algo les da, pero a los demás... pues que se enfaden los accionistas.
vale, ya sé que en un sistema capitalista el dinero es lo único intocable. ¡pero tendría que ser el dinero público! si rajoy quiere que los españoles defendamos a repsol, que la nacionalice. si no, por lo menos yo, no me implico.