martes, 1 de noviembre de 2011

un producto americano para el monigote hispano

cuando se habla del pecado original todos sabemos que se refiere uno a un pecado que alguien cometió en origen, como diríamos ahora, no en destino ni en transporte, sino en origen. y es importante que esto sea comprendido porque si no podríamos creer que se trata de un pecado no muy al uso, o sea súperoriginal, y no, perdona.

bueno, pues uno de estos pecados lo debimos de cometer los españoles a conciencia, porque no hay otra explicación a que los dioses nos hayan castigado a ver nuestra cultura despreciada por lo más granado de nuestra juventud, y trucada por unos extraños ritos venidos en forma de película americana  y que no los entiende ni la madre que los parió. así, como suena. 

y es que resulta humillante que nos haya colonizado culturalmente el país más inculto del mundo. no es una china milenaria inventora de... de casi todo. tampoco una india de espiritualidad incalculable, ni una mesopotamia albergadora del edén. no, es un país del que no conocemos casi nada y lo poco que conocemos no tiene el menor interés, pero que puede obligarnos, y lo hace, a aceptar el pulpo, a poner collar al pulpo, a que nos coma el pulpo, y a que nos traguemos sus mercancías, que otra cosa no son, convenientemente envasadas al vacío más absoluto en forma de películas. 

a lo que no nos pueden obligar, eso es regalo de la casa, es a que nos lo tomemos con tanto entusiasmo, voluntad y deseos de agradar.

al próximo zombi que me encuentre lo embalsamo.