De nada ha servido la ruin
experiencia de décadas pasadas,
De nada, el entusiasmo contagioso
del primer PODEMOS,
Tampoco, el efecto demoledor de
bipartidismos de primeras elecciones,
Ni, de paso, mujeres elegidas por
hombres y por mujeres para vivificar ciudades.
Han vuelto la saña, la trampa, la
infamia, la argucia, la artimaña
Traspasando como hojas de acero al partido de nuestras
entretelas,
Desgarrándolas, volviéndolas
muñones incapaces como aquellos que los blanden
Ante la cara espantada del
ingenuo, de la inocente, del iluso, de la entusiasta,
Con el resultado inútil de
escandalizar, encanallar y envilecer.
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