quiero conocer la génesis de las cosas. sólo así soy capaz de conformarme, incluso si no me gusta lo que encuentro.
y, bueno, ya en éstas, por qué no conocer un poco el mundo, su génesis, quiero decir.
pues fácil, te pones a estudiar y ya está. sólo que hay cosas que no están en ningún libro de texto. por ejemplo, y como decía el rey portugués, juan II, a tenor del reparto que se hicieron los castellanos y los portugueses de la mar océana atlántica, y dado que isabel and husband se quedaron con más que él, en qué testamento de dios pone que los herederos principales eran los castellanos.
razón no le faltaba al hombre. bueno, lógica no le faltaba, razón no tenía ni él ni los del otro lado de la raya. pero es que él quería hechos, y no gaitas gallegas.
la cosa es que en ningún libro de texto se encuentra tampoco la causa de que las mujeres estemos sometidas a los hombres. ya sé, se da por hecho, pero yo soy tan pelma como juan II y quiero que me lo expliquen. y no pueden, claro. como no te puede explicar nadie los argumentos que sostienen las posturas racistas u homófobas... por eso las tienen que imponer a hostias.
así que debe una investigar por su cuenta y adentrarse hasta las cachas en la manigua procelosa de las cuestiones que el poder oficial no tiene el más mínimo interés en propalar.
de esta singular manera han estudiado todas las interesada/os en rastrear el papel de la mujer en la cultura sapiens.
la mejor manera de hacerlo es a través de las representaciones iconográficas que existen de la figura femenina, las llamadas diosas. diosas madres, diosas tierra, pacha mama...
las primeras muestras en este sentido son las mal llamadas venus prehistóricas. y digo mal llamadas porque nada indica que fueran los avatares del amor sino de la sexualidad. y es que con amor a secas no se engendra un niño sapiens, y sí con sexo. por eso se exaltan en las figurillas las partes relacionadas con la capacidad de dar vida y mantenerla, mamas y caderas desmesuradas y sexo protuberante. aprox. 27.000 ap .
ya metidos en harina, o sea, en historia, y allá por el neolítico o período de la piedra nueva, las figuras aparecen sexualizadas pero naturalistas, y siempre acompañadas de sus atributos, las serpientes (fuerza creadora eterna, impulso sexual). supongo que va quedando claro que hasta aquellas fechas, y ya nos vamos acercando a unos cuantos milenios antes de nuestra era, la presencia femenina no sólo no estaba sometida al varón sino que inspiraba la estructura del grupo, tribu, comunidad o ciudad, con los valores considerados femeninos, como la capacidad de crear y de compartir (la gestación y el parto son esencialmente eso).
mas, ay, las cosas fueron cambiando de forma violenta, por la aparición de algunos pueblos extremadamente belicosos, salvajes, nómadas, que según varios autores llegaron de asia, pueblos indoeuropeos se les llamas, kurgos, también, y con ellos se subvirtió el orden antiguo de las cosas.
la sociedad se fue jerarquizando y los valores femeninos empezaron a ser despreciados y con ellos las mismas mujeres, niños y hombres no violentos.
sin embargo, no desaparecieron todavía las representaciones de la diosa, como se puede observar en ésta atenea del período arcaico, cuyo manto y cabellos están orlados de serpientes.
pero la suerte ya estaba echada. los hombres habían tomado el poder de forma brutal.
las sociedades se habían convertido en comunidades polarizadas, masculinodominantes, jerarquizadas, desiguales y de corte militarista. el poder creador había sido sustituído por el pragmatismo de la fuerza.
los dioses habían echado abajo a las diosas de manera oficial, aunque los pueblos se negaban a aceptar el nuevo orden. desde el poder se normativizaba la nueva situación. prueba de ello es la apariencia de la atenea del período clásico griego, con casco, con lanza, masculinizada, asexuada. ¡nacida de la cabeza de su padre, zeus!
sólo sobrevive del antiguo orden una serpiente enroscada a sus pies.
lo demás, como se dice en las narraciones es ya historia, historia reciente.
no hace falta foto para ilustrar la única representación femenina divina que tenemos hoy en día, las vírgenes marías, que no son ni diosas, sólo madres de un dios, como si fuera posible que de una especie naciera alguien de otra especie. y de su atributo, la serpiente, su fuerza vital, su sexualidad, tampoco.
es más, tan brutal debió de ser la conversión, tan traumatizante el método correctivo, que la serpiente es considerada por una gran parte de nosotras como lo asqueroso, lo insoportable.
sólo con la toma del poder social y politico por parte de las mujeres, todo este desastre podrá ser revertido.
y hay que hacerlo porque la discriminación femenina, la de la mitad de la especie por parte de la otra mitad, la discriminación esencial, es la puerta por donde se han colado el resto de discriminaciones y desigualdades.
A ver si esta vez lo consigo. Para empezar, el título del artículo me parece estupendo. Es, en esencia, una verdad indiscutible. El arrinconamiento que sufrimos las mujeres, la deriva que comenzó a tomar todo. En pocas líneas un recorrido para tomar conciencia. Muy bien tía.
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