miércoles, 26 de diciembre de 2012

felices a la fuerza

uno de estos días voy a sufrir un coma diabético hiperglucémico por culpa de la gran cantidad de melaza navideña que me obligan a ingerir por tierra, mar y aire. o sea, por la calle, por la tele y por la radio...

si me encuentro a un papá noel, ruego porque no se le ocurra acercarse a mí o soltar un jojojo porque me conozco.

mis semejantes no dejan de sorprenderme, para mal, no quiero engañar a nadie, cuando veo con qué entusiasmo, digno desde luego de mejor causa, bueno, de cualquier otra causa, abandonan las costumbres que nos vieron nacer, de las que conocemos las raíces, el desarrollo y la causa, para abrazar otras de las que no sabemos nada. 

no me digáis que ver a uno de... de almendralejo, o de barna, no quiero despertar susceptibilidades, o de móstoles, cargado con una calabaza, y preguntando a los vecinos si truco o trato, no dan ganas de arrimarle una... algo, algo doloroso si puede ser. y lo mismo con los santa claus, de rojo, como manda la cocacola.

pero lo peor de todo es la exaltación de la familia que se hace estos días. hombre, ya sé que esta exaltación familiar es necesaria para que les compres muchas cosas y te gastes una pasta larga en el corte inglés, porque si decidieras que la familia sigue siendo, también esos días, esa institución dictatorial y facha, que te obliga a tragar carros y carretas hasta que, a tu vez, llegas a la triste situación de tener que empezar a fingir, y por lo tanto, a hacer tragar carros y carretas a los demás, pues, naturalmente, no te gastarías un euro y la civilización temblaría......!!!!! 

pero es que duele mucho. la gente solitaria por fuerza o de grado es la mitad de la población.así que debe de  ser una especie de castigo del gobierno por la insumisión o el desvío. 
¿cómo te has atrevido a estar solo? ¿crees que eres mejor que nosotros, los del rebaño? contesta, basura!!!
y el/la pobre single, balbucea, no... si yo...

en fin, voy terminando:
no hay derecho a obligar a todos a escuchar las cursilerías que echa por la boca la gente cuando cree ser profunda. estoy de sonrisas, de amaneceres, de niños abrazados a abuelitos, de colorines, de frasecitas y de cachorros de golden retriever... hasta la coronilla. si no conociese yo al personal y de lo que es capaz... joder.
así que un poquito de comprensión porque hay quien quisiera estar entre sus seres queridos y no puede: inmigrantes, presos, mendigos, gruñones, huérfanos, escaladores, serial killers, ermitaños...

y, también para los que pueden pero no les da la gana de estarlo.


sábado, 22 de diciembre de 2012

ni prudencia ni templanza

estoy seca. 
seca de comentarios, de reflexiones, de sueños y de delirios porque todo ello se me ha enredado y hecho un nudo muy apretado, y se me ha atravesado en la garganta. 

a ese nudo lo he llamado sanidad.

no puedo pensar en nada que no sea el atraco a mano enguantada, y armada cuando hace falta, de lo que para todos es esencial, como no puede serlo de ninguna otra manera, porque si nos quedamos sin vida nos quedamos sin nada, cosa que sabemos todos, hasta los creyentísimos y los cretinísimos, sólo que éstos suelen intentar engañar a los demás y hasta engañarse a sí mismos, aunque nunca lo consiguen. 

y poniéndonos en un virtuoso estadio medio, no hace falta que nos quiten la vida en nuestra totalidad, cosa que por otro lado haría más llevadero el futuro, sino que bastaría con que una persona de nuestra cercanía, de esas que te animan a madrugar, a corretear durante todo el día, a vivir, una de esas sin las cuales este corral de por sí apestoso, estaría, además, nublado, recibiera la noticia siniestra de que el dolor y el sufrimiento, le calientan la nuca.

todo queda barrido ante la eventualidad de perder la salud, todas las proporciones se deforman, las sombras adquieren proyecciones inusuales y las luces se vuelven cegadoras. nada vuelve a ser lo mismo. las cosas dejan de tener sentido y el sentido común desaparece, o se impone quizá. se impone en la forma avasalladora de llenar de odio los huecos que los infames, como gusanos que son, nos horadan al quitarnos la alegría, la generosidad, la comprensión y el raciocinio.

las personas asustadas y doloridas somos muy peligrosas. cuando tenemos un resquicio con apariencia de justicia, nos agarramos a él y nos conformamos. cuando no existe ese resquicio que le permite escapar, hasta un ratón se enfrenta con un tigre. y no siempre vence el tigre.

que no espere nadie de nosotros ni prudencia ni templanza. golpearemos cruel y certeramente a aquéllos cuya codicia los ha convertido en los intrusos de nuestra especie. 

al menos, de mí, que ya estoy seca.