domingo, 15 de abril de 2012

¿pero aún se pueden matar elefantes?

con lo simpático que es el rey, lo campechano, lo abnegadísimo que ha resultado y lo preocupado que anda el hombre por el paro juvenil, que no le deja dormir, según sus últimas confidencias a los estudiantes hace unos días... con lo que nos ha salido. me imagino que se ha dicho a sí mismo: 

¿qué leches? yo me voy a alguna colonia africana, aunque no sea nuestra, aunque de hecho no sea ya colonia, o eso piensan los pobrecillos, a quitarme tanta preocupación, que no puede ser buena para nada. y como allí uno va y hace lo que quiere si paga lo que le piden... y dinero a mí, gracias a dios, no me falta... y de paso, me lo monto de rodríguez, que está uno ya harto de ver malas caras en casa...

y hala, allá se fue el último representante de las monarquías del XIX, que se ve que es nuestro monarca, lo cual, ahora que lo pienso, enmarca bastante bien el tipo de democracia que padecemos, a tumbar elefantes, a dejar elefantas viudas y huerfanitos elefantitos. es que hay que tener un cuajo....

¿pero qué clase de error genético tiene la gente que considera que puede borrar de la faz de la tierra a otros seres por la única razón confesable de darse un gustazo para el cuerpo, o inconfesable porque quizá lo único que le funciona ya es el dedo para el gatillo, y las aventuras que precisan del buen funcionamiento de otras partes del cuerpo han tenido que ser abandonadas, como las neuronas a la hora de tomar decisiones?

estoy escandalizada y furiosa. sólo espero que la hostia que se dió fuera a causa de una zancadilla por trompa de elefante.