No quiero que pongan ventanas en mis rejas,
Ni quiero que se escuchen ni se oigan mis penas,
Ni sé batir las alas, ni me importa siquiera,
Ni componer un salmo ni salir la primera.
No esperaré una carta, ni miraré un reloj,
No buscaré una excusa ni afinaré la voz,
No quiero tener pistas que aplaquen mi temor
No necesito nada, ni necesito amor.
No busco ya dormir porque soñar no quiero,
Ni ansío despertar ni ver el sol primero,
Ni sé compadecer el tono lastimero
Ni refugiarme junto al amigo sincero.
Pero sé que un día se abrirán mis puertas
Y un viento riguroso hará volar visillos
Recorrerá mi alcoba, mi baño, mi pasillo,
Mi sala, mi jardín, mi galería desierta.
Arrasará con todo lo que aún se tenía
De pie y aún ni agarrarme de una mano querría
Sólo acompañar la brisa que venía
Y estar por fin despierta.
voladora y despierta.
