no hay atajos.
los que me conocen están hartos de oírmelo decir, no hay atajos.
quizá no sería tan pelma repitiéndolo si no me viera sometida contínuamente a la propaganda de la propuesta contraria, o sea, que sí los hay.
suele costar un cierto dinero, pero te aseguran que previo pago de su importe te puedes convertir en un instante en culta, rica, joven, sexy...
personalmente, prefiero los procesos a los finales.
el viaje a ítaca es el que te convertirá en sabio. el atraque en ítaca sólo te convertirá en un turista.
pasa con todo, también con la política.
me gusta el que llega a la insurgencia como resultado inevitable, cuando, habiendo pretendido hacerlo bien, cumplir con la sociedad, ser honrado y hasta pacífico, pero viendo imposible seguir soportando cualquier tipo de abuso, deviene feroz y se convierte en un guerrero.
no apruebo al bravucón, al buscapleitos, al que provoca y encuentra siempre ocasión para curar alguna herida del alma que ni siquiera reconoce tener.
como tampoco admito la mansedumbre, la cobardía, la reserva. la vida puede situarnos en lugares muy amargos y hay que cumplir, porque una no puede bajarse de la vida si no es perdiéndola.
por eso me gustan los héroes que se van haciendo héroes a costa de hacer heroicidades. heroicidades no buscadas pero inevitables porque son o eso o el sometimiento, y ese trato es innegociable.
me gusta el hombre tranquilo de la película de ford porque elude la pelea cuanto puede, hasta que seguir eludiéndola lo convertiría en un cobarde. y ese día nace un luchador.
me gusta zapata porque se dedica a lo suyo e intenta por todos los medios ganar el pleito de la tierra de sus mayores yendo por las buenas, con infinita paciencia, hasta que el abuso es insoportable y monta a caballo para no descender hasta llegar al palacio presidencial de mexico y sentar en él a un presidente justo. porque ha nacido un revolucionario.
me gusta el viejo, cumplidor con su trabajo y su familia a carta cabal, que un mal día, viendo a su familia expulsada a la calle por los banqueros, se convierte en activista de escraches.
me gusta la actriz de tv que pretende hacerse un hueco ahí o en cualquier sitio para tener la oportunidad de ser feliz sin meterse con nadie pero que observando y sufriendo la injusticia que la rodea se erige en luchadora social y portavoz de los ciudadanos.
me gusta rodrigo díaz de vivar, de quien el romancero dice:
"que buen vasallo si oviesse buen señor"
me gusta la gente de podemos porque hemos levantado la cresta cuando se nos ha hecho evidente que el maltrato recibido por los ciudadanos, entre los que nos contamos, era deliberado y proyectado al futuro.
antes, sólo habíamos pretendido ser ciudadanos decentes y cumplidores con la sociedad a la que pertenecemos.
de nosotros debiera decirse:
"qué buen ciudadano si tuviese un buen gobierno"*
*el cantar del mio cid dice de rodrigo díaz, a tenor de que su esfuerzo por servir bien a su rey choca con la mezquindaz de éste:
"que buen vasallo si oviese buen señor"