Por los pelos
escaparon las
hadas escurriendo el bulto,
una a una,
dejaron gotas de
sangre prendidas
en las zarzas,
como farolillos
rojos por calles vericuetas,
siguiendo el
claro rastro del camino a la nada.
¿no ves que no
te miran?
¿no sabes que
sólo la pregunta es tuya?
No revuelvas las
nubes sobre las que escribes
epitafios de
tumbas.
Al pronto,
cantos de hermanas sirenas como tú,
que llegan
exhaustas y besan arena y agua
para no dejar
huella, para no desmayarse,
se mantienen a
flote como si se ahogaran.
Piensa sólo en
tí, amorosa danzante,
cuando viertas
en tus manos de fragmentos de lunas,
sobre el corazón brillante de pieles arrancadas,
sus caras
furibundas.
Y abraza sin
tardar el futuro que has hecho,
bordado con
delicadas manos y empeñada frente,
no rechaces la
herencia, firma con mano firme,
abraza con los
dientes.
Vienes del antes
y vienes del después,
Vienes de la
certeza sabida
y olvidada,
alzas los brazos
sin trabas en los piés.
y no le temes a
nada, nada tiene remedio,
Eres la fuente,
te vuelves líquida y escapas.
Por los pelos.